30 septiembre 2011

El show de Chanquete, en Marajó

Levantarme a las 5:30h fue un alivio, teniendo en cuenta que en el dormitorio para cuatro personas en el que dormí del Hotel Amazonas tenía más de zulo que de habitación. Dos ventiladores impidieron que la noche fuera un auténtico infierno. Tras un paseo de 15 minutos hasta el embarcadero, tomé el ferry que une Belém con Camará (isla de Marajó). Sólo hay dos: uno a las 6:30 y otro a las 14:30 horas. El paisaje poco difiere del descenso del Amazonas, aunque el viento que sopla en la zona obliga a cubrirse con una toalla o ponerse de manga larga. Después de tres horas de viaje llegamos a Camará, que a pesar de ser la entrada a la parte este de la isla no tiene pueblo. Nada más bajar me metí en un microbús que ponía Soure. Ése fue el primer error. Creí entender que el billete hasta Soure eran 2 Reales, pero fueron 12, aunque si coges el bus público te cobran 5 Rs -como pude comprobar a la vuelta-. Otra hora más de viaje y me planté en la población más habitada de la costa este de la enorme isla de Marajó (ya sé que me hago pesado, pero Marajó es la isla sedimentaria más grande del mundo, mucho mayor que más de 70 países del mundo, como por ejemplo Dinamarca o Suiza. -¿Os hacéis a la idea, Patri y Salo?-.

Soure es un apacible pueblo bastante extenso con algunas calles pavimentadas - lo fueron en su tiempo- y las demás –mayoría- de tierra. Su morfología me recuerda a l’Eixample de Barcelona, con cuadrículas perfectas a las que llaman Rúas y Travesas. Soure, y creo que Marajó en general, es una especie de oasis en esta zona. Los aldeanos se desplazan en bici; no hay robos; los búfalos deambulan tranquilamente por las calles y la máxima ocupación del día es arreglar las redes de pescar y tomar una cerveja gelada en cualquier bar. De hecho, parece que todos los elementos del lugar (personas, caballos, búfalos o perros) formen parte de un decorado artificial, como la película El Show de Truman. De ahí la mitad del título del post. ¿Y qué tiene que ver nuestro querido Chanquete en todo esto? Pues que si observas jugar a los niños por la calle y los ves hacer carreras en bici te parece que Soure sea Nerja y que asistes al rodaje de Verano Azul.

La escena, como ya he comentado, es idílica, pero el calor mata. Después de andar bajo un sol de justicia y de preguntar precios en algunos hostales, me quedé en la Pousada de Asa branca, un sitio más que aceptable y bien situado (4ª Rua esquina trav. 12). Conseguí un pequeño descuento poniendo los ojos del gato con botas de Shrek y me dejaron la habitación por 30 Rs. El precio está bastante bien, teniendo en cuenta que en Marajó todo es un poco más caro y que incluía desayuno, del que di buena cuenta. Nada más dejar las cosas en mi habitación conocí a Emma, una antropóloga norirlandesa muy simpática que está trabajando temporalmente en un proyecto con niños en Marajó. Charlamos un rato y me invitó a comer con unos amigos suyos: un holandés freak que estaba de visita y dos brasileños. Probé la carne de buey típica del lugar y me gustó; es muy melosa, e iba acompañada de una especia de sanfaina.

Por la tarde la chica brasileña me dejó su bicicleta y me acerqué a la playa do Pesqueiro, que dista 8 km de Soure. El trayecto fue muy agradable; una carretera que atraviesa un bosque y en la cual apenas hay tránsito. Pasé por delante de algunas fazendas y me crucé con pocos vehículos, aunque vi dos motos con ocho personas: cuatro en cada una. La playa es espectacular, lo menos parecido a Benidorm que uno pueda imaginar. Kilómetros de arena a lo ancho y a lo largo sin ninguna alma. Algunas sombrillas de paja y bares cerrados indican que cuando es temporada alta debe haber movimiento. Yo, en cambio, me encontré solo. A lo lejos vi un par de pescadores y una pareja tomaba el sol cerca del único chiringuito que permanecía abierto.

Por la noche fuimos a tomar unos salgados (tentempiés) de carne con queso y camarones, y degusté por fin los sucos, y empecé por el de Maracuyá. Quería quedarme a ver el partido del año: Brasil-Argentina, que se jugaba precisamente en Belém, pero la ñoñería de las telenovelas que precedían el encuentro y el cansancio acumulado pudieron conmigo. En pocos días he podido constatar como en Brasil se ven básicamente tres cosas en la tele: telediarios, fútbol y telenovelas.

Y la mañana siguiente poco más hice. Volví a beber sucos en el desayuno, esta vez de guayaba y mango, y di un corto paseo por el pueblo. En estas latitudes –muy cerca del Ecuador- es muy difícil pasear o estar por la calle entre las 10 y las 16 horas debido al intenso sol que cae. Volví a Belém y cené en un sitio callejero de la Av. Presidente Vargas por apenas 5 Rs. Y con esto y un bizcocho digo adiós a Belem, al Amazonas y a la isla de Marajó. Próxima parada: São Luis.


Lo mejor:
La tranquilidad de la zona y sus habitantes. A diferencia de Belém, se puede estar paseando sin miedo alguno, incluso de noche. También es recomendable probar tanto la carne de Búfalo como su queso. Se pueden visitar fazendas y pasear por playas desérticas. En Soure hay cibercafés y un cajero automático, mientras que en las poblaciones más pequeñas de Salvaterra y Joanes apenas hay infraestructura. Tal vez sean mejores destinos que Soure para quien quiera desconectar completamente.

Lo peor:
Precios más caros que en Belém y menos oferta de alojamientos. Calor asfixiante y distancias largas que precisan de bicicleta o moto. Si uno es muy activo se puede llegar a aburrir. Se tarda unas cuatro horas desde Belém, así es recomendable quedarse al menos un par de noches.

Precios:
Ferry de Belém a Camarà: 16 Rs
Bus privado de Camarà a Soure: 12 Rs
Bus normal de Soure a Camarà: 5 Rs
Cruzar el canal de Soure: 1 Rs
Una noche en la peor habitación de Asa do Branco 30 Rs (regateando)
Un menú con carne de búfalo: 11 Rs
Alquiler de bicicleta: 2 Rs una hora / 10 Rs todo el día.
Un suco: 1,5 Rs

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder tio, és impresionant. Sort en el viatge.

Sara A.

Sílvia dijo...

No t'has plantejat de començar a escriure una guia de viatges? Crec que podríes fer la primera pela. Rumia-t'ho i ves prenent nota de tot, tal i com ho has fet en el darrer post i quan tornis t'ho planteges. Altaïr segurament estarà interessada en parlar amb tu.
Un petó ben fort.

Daniel dijo...

Gràcies pels ànims Sílvia, però hi ha mil blocaires més que fan escrits fantàstics amb tota mena de detalls. No aspiro a peles, sinó a que sigui útil a algú que vulgui venir per aquesta zona. Crec que començaré a posar preus de les coses en els següents posts.

petons!

Anónimo dijo...

Home!!

Un plaer llegir-te, la veritat és que ho redactes d'una manera que queda molt i molt interessant, hi tens molta gràcia.

T'aniré seguint, confio que tot et vagi molt bé

Una abraçada,

Oriol T

Mama dijo...

Ja veig, mojitos, cahipirinyas, sucos...bici, platja...només llegir-ho ja em canso!!!
Disfrutaaaa!

Daniel dijo...

Amic Torres! Espero que tu aixequis el país (juntament amb el Ramon i també el teu cunyat) mentre jo gaudeixo d'això ;)

Una abraçada.