14 noviembre 2011

La ciudad maravillosa

Nunca me apasionaron estos adjetivos pomposos que se dedican a algunas ciudades, parques naturales o incluso personas, pero en el caso de Rio de Janeiro creo que se queda corto. Después de más de dos meses recorriendo Brasil, Rio es el lugar donde me he quedado más tiempo (2 semanas). No tengo un motivo que explique por qué día tras día le decía al casero de la pousada Villa Alice “ainda não sei cuando vou embora” (aún no sé cuando me marcho), sino muchos motivos.

Llegamos a Rio procedentes de São Paulo, un exceso urbanístico que está en las antípodas de la ciudad del Corcovado. Nada más poner los pies en la estación de autobuses tomamos un taxi; era negra noche y llovía. Nos dirigimos al hostal, situado en el bohemio barrio de Santa Teresa, donde vive mi amigo y ex compañero de beca Pau. Hacía mucho que no lo veía, pero me parece que no han cambiado grandes cosas en él: fútbol, mujeres y un amor-odio por Brasil siguen siendo sus pilares vitales. Por fortuna tiene trabajo, y mucho más espero que le caiga en los próximos meses. Antes de contar qué hemos hecho en la ciudad me gustaría agradecerle públicamente todos y cada uno de los detalles que ha tenido con nosotros, que han sido muchos: desde llevarnos a todos los sitios interesantes de la ciudad; presentarnos a sus amigos; dejarnos dinero; tarjetas de metro; ropa o toallas hasta invitarnos a cualquier cosa. Pau, gràcies per la teva generositat.

En Rio de Janeiro hemos hecho de todo, desde el turista en chanclas que sube al Pan de Azúcar al vecino de barrio que va a comprar al mercado, pasando por el carioca que sale un sábado a una escuela de samba para ver los preparativos del Carnaval.

Los puntos más turísticos de Rio merecen ser visitados. Impresiona la vista de 360º que se tiene desde el Corcovado (y comprobar hasta donde llega la estupidez de los guiris, tomándose todos la misma foto) así como subir al carísimo Pão de Açucar para apreciar como la ciudad se ilumina cuando cae el anochecer. Pasear por Ipanema y Copacabana también es imprescindible. Mulatas culonas comparten metros de arena con gays musculosos y familias que meriendan estirados como emperadores sus toallas. Los surfistas sirven de decorado perfecto para los anuncios que se graban en uno de los puntos más famosos del mundo, mientras las parejas, ajenas a todos ellos, van al peñón del Arpoador (que separa Ipanema de Copacabana) para contemplar, cogidos de la mano, la puesta de sol.

También es interesante pasear por barrios residenciales, como Botafogo, Flamengo o Humaità, y comprobar como vive el carioca de clase media. La zona centro es un hervidero los días de entre semana, cuando se llena de hombres y mujeres de negocios que con prisas intentan esquivar a los mendigos que pedigüeñan por la calle. De noche, sin embargo, conviene ver el barrio desde la ventana de un taxi. Lapa es un mundo a parte. Este barrio, conocido por unos grandes arcos blancos por donde pasaba primero el agua que llegaba a la ciudad y después el tranvía, es la zona de fiesta por excelencia. Todos los días de la semana se llena de jovenes con ganas de marcha. Y el fin de semana, es tanta la gente que se da cita en este lugar que tienen que cortar las calles, tomadas literalmente por grupos de amigos que bailan y vendedores ambulantes de caipirinhas.

A parte de hacer vida en estos lugares imprescindibles de Rio, también visitamos la otra gran realidad (y conocida siempre sólo por la prensa) que son las favelas. Primero vimos las que conforman el Complexo do Alemão a vista de teleférico (ver fotos álbum de fotos del Picassa, a la derecha de este blog), un mar de casuchas de obra vista mal puestas que ocupan todos los metros cuadrados de los 'morros' cercanos a Rio. Pero no sólo hay favelas en las afueras de la ciudad, el mismo Rio está lleno de estas barriadas humildes. Nos adentramos en una que pacificaron hace un par de años, Santa Marta, y pudimos callejear con una guía turística amiga de Pau y un vecino de la zona. Es escalofriante constatar la penosa condición de vida que tienen los vecinos de estos inhabitables barrios que apenas distan unos metros de confortables barriadas como Botafogo. En Santa Marta, donde Michael Jackson grabó parte de su videoclip They don't care about us, pudimos charlar con vecinos, observar como los niños corrían felices por las laberínticas callejuelas que separan en apenas un metro las casas y comer fantásticamente bien en un bar minúsculo. A toro pasado, creo que nadie puede decir que ha visto Rio de Janeiro si sólo pasea por sus playas y sube al Corcovado; para entender su realidad es preciso también adentrarse en una favela. Como también es imprescindible salir de fiesta a una escuela de samba o a un club de funky, donde las mujeres clavan su generoso culo en las partes nobles de los chicos, que con una sonrisa en los labios intentan seguir el ritmo acompasado de la pareja de baile.

Pero la ciudad de Rio de Janeiro no es preciosa sólo por tener una orografía mágica, unas playas espectaculares o unos monumentos con vistas privilegiadas. Lo es también por la variedad de barrios que la conforman y por el pintoresco personal que la habita. Rio de Janeiro es el Corcovado; el Maracaná, la samba; los mendigos; Ipanema; los restaurantes de lujoy los puestos de comida callejera; las favelas; la alegría carioca; los pechos y culos siliconados; los hombres musculados que pasean sin camiseta; el caos de la Estación Central; la decadencia de Santa Teresa y la marcha de Lapa; los meninos da rúa...todo eso es Rio de Janeiro. Para mi, la ciudad más bonita del planeta.

Algunas recomendaciones cinematográficas:

- Tropa de élite (I y II): para entender no sólo como se vive en las favelas sino también para comprender el principal cáncer de esta sociedad: la corrupción).
- Estación Central de Brasil: la maldad y bondad de algunos brasileños.
- Autobús 174: los riesgos de moverse en transporte público.


Lo mejor de Rio de Janeiro
El paisaje de la ciudad
Subir al Corcovado y al Pan de Azúcar
Gran variedad de restaurantes y discotecas
Salir de fiesta por Lapa
Ir a una escuela de samba
Sus kilométricas playas
Visitar una favela pacificada
La alegría carioca


Lo peor de Rio de Janeiro
Es una ciudad cara
Ciudad peligrosa en algunos barrios (como Santa Teresa) a según que horas
Tiene un tráfico demencial en las horas punta
La decadencia en algunos puntos de la ciudad es exagerada, así como el perfume a pis


Precios de Rio de Janeiro (1€= 2,4 Rs)
Bus São Paulo - Rio: 68 Rs
Billete de autobús: 2,5 Rs
Cena en un rodizio de pizza: 25 Rs
Una caipirinha: 5 Rs
Un zumo natural: 4 Rs
Feijoada: 30 Rs
Subir al Corcovado: 46 Rs
Subir al Pan de Azúcar: 54 Rs
Menú del día: entre 7 y 15 Rs
Un trayecto de taxi: 15 Rs
Entrada en una discoteca: 20 Rs

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Una entrada molt xula!!!!!!!!!!!
Gelines

culbook project dijo...

En este post me has recordado al famoso escritor de la frutería y su entusiasmo por la comida de algunos restaurantes marroquís...

un besín!!!

Ferran i Sílvia dijo...

Hola Dani, que bonic tot el que expliques. Sembla que es pugui veure. Tant de temps feia que estaves? no ens ho sembla. Diumenge és el cumple de la iaia i celebrem també el de l'Arnau. Serem tots a casa per dinar, només faltaràs tu i el Roger. Si et va bé de connectar-te amb l'skype, intentarem posar-nos en contacte amb l'ordinador de l'Arnau (millor després de dinar-hora d'aquí).
Un petó
Ferran i Sílvia

Daniel dijo...

Gràcies Codina!

Sí, Patri, hay muchas referencias al único libro escrito por el gran escritor de la frutería ;)

Sílvia i Ferran,

Ja vaig parlar amb la Iaia i el Padrí, intentaré connectar-me a internet per parlar amb tots vosaltres. És una llàstima que no hi sigui el Roger, des que vaig marxar que no li he vist la cara. Per cert, Ferran, els conductors del TMB de Rio condueixen com a bojos i sembla que facin curses entre ells, i ningú es queixa. Crec que a Bcn som massa finolis ;)

Amaya dijo...

No te imaginas la envidia que nos das con la visita a la favela. Yo estaba empeñada y al final no pudo ser... Me parece que voy a tener que volver... cuanto antes, que aquí hace un frío que pela :)
Besos viajero :)

Hristo dijo...

Ets gran mestre. Espero veure`t de volta per aquí aviat. M`ha molat molt el post...çuna forta abraçada!