02 diciembre 2011

Montevideo, la ciudad tranquila

Tal y como pasa con el país, poca cosa se sabe en Europa de Montevideo, por lo que tras visitarla te sorprende gratamente. La capital de Uruguay es una ciudad mediana, de millón y medio de habitantes aproximadamente, así que la mitad del país vive en ella. Tiene un centro histórico abarcable a pie, donde se concentran los principales puntos de interés. Destacan, bajo mi punto de vista, la rambla (el paseo marítimo que protege el centro del mar); el Teatro Solís (donde actuará La Fura dels Baus en diciembre); las plazas de la Independencia y la Constitución; sus callejuelas llenas de negocios; el histórico y ahora abandonado barrio sur; y Palermo.

La primera noche en Montevideo me alojé en casa de Mauro, un sobrecargo de la aerolínea nacional que vive en el apacible barrio de Malvín. Mauro es un tipo espléndido de cuarenta años y padre de un adolescente. Tras dejar mi mochila en su casa nos fuimos a la playa, a tiro de piedra de su piso, donde conversamos un buen rato. Hablamos de Uruguay; de Argentina; de la relación entre ambos países; de la dictadura; de cómo hacer un buen mate; de política, arte y fotografía. La verdad es que esta larga charla me recordó mucho a las que mantuve con Balark, en Manaus, y es que hasta cierto punto ambos personajes comparten intereses y manera de ser. Mauro es extremadamente culto y educado. Es una persona leída y que, por motivos de trabajo, ha viajado mucho. Para ser sinceros, me sentí un poco mal al constatar lo mucho que sabía él de Europa y España y lo poco que conocía yo de Uruguay. Aunque precisamente para eso, para conocer el continente, me encuentro hoy aquí. Entre charla y charla tomamos mate y merendamos unos dulces deliciosos (este país es la perdición para cualquier diabético goloso), y antes de que se fuera a trabajar fuimos a cenar con su hijo a un restaurante casero de barrio que frecuenta el mismo Eduardo Galeano, vecino de la zona. En Varela me pude resarcir de tantos días a base de empanadas, y disfruté como un cromañón devorando tiras de asado y Pulpón (un tipo de carne). Su hijo se fue a casa de su madre, y como él tenía que volar me dejó las llaves de su casa para que me quedara a dormir. A la mañana siguiente se las dejé a una vecina y me acerqué a la casa de otra couch, Claudia, donde me quedé cuatro noches.

Gracias a Claudia conocí a otros uruguayos que forman parte de la comunidad de couchsurfing de la ciudad y también a otros españoles que han venido a estos lares en busca de trabajo o como expatriados bien remunerados. Fui a una fiesta de couchers que se celebró en una casa señorial convertida en una discoteca; acompañé por las calles de Palermo a una cuerda de candombé integrada exclusivamente por mujeres; vi el atardecer en la rambla; paseé el domingo por el variopinto y completo mercado de Tristán Narvaja; aproveché para hacer un par de entrevistas para mi otro blog (nodisparenalmensajero.wordpress.com); probé comidas típicas como el chivito o el gramajo, y me pasé horas en el agradable Centro de Cultura de España, donde había wifi gratis y una buena biblioteca.

Una de las cosas que más me han sorprendido de Montevideo es la intensidad con la que viven el carnaval (cuya fiesta dura más de un mes) y la cantidad de cuerdas de candombé que tienen. A pesar de que la comunidad negra es muy minoritaria, los montevideanos se preparan a conciencia para esta fiesta y ensayan muchas semanas antes de que llegue febrero. Y me sorprendió aún más que nadie me supiera explicar el por qué viven con tanta pasión esta fiesta. Sin embargo, me sigo quedando con los blocos brasileños y el ritmo que tienen los negros y mulatos en Brasil. También me ha impactado ver como en la trama urbana, repleta de edificios históricos preciosos (muchos de ellos decadentes) comparten calzada modernos coches con carromatos tirados por caballos. Y es que la crisis del corralito que vivió Argentina en el 2002 causó estragos en Uruguay. Ya se sabe, cuando Argentina estornuda, Uruguay agarra una pulmonía. A pesar de todo, Montevideo sigue siendo una de las ciudades más avanzadas y seguras de todo Latinoamérica.

Colonia Sacramento

Para llegar a Buenos Aires tenía dos alternativas: tomar un ferry directo o viajar en bus hasta Colonia Sacramento y allí subirme a otro barco. Como me habían hablado muy bien de Colonia y no tenía prisa, me decanté por esta segunda opción. En Colonia Sacramento estuve un día, tiempo suficiente para pasear por sus tranquilas calles y visitar los edificios más viejos de todo Uruguay. En el casco antiguo (Patrimonio de la Humanidad para la Unesco, 1995), de calles adoquinadas y repletas de casas de piedra, se respira historia, en concreto la recién historia del país. Aquí es donde se encuentran la primera iglesia de Uruguay y algunos de los edificios más antiguos. Y donde hace tres siglos había españoles que se peleaban con portugueses, ahora hay hordas de turistas cámara en ristre que ocupan las pocas calles que tiene el centro. A pesar de que hoy días se ha convertido en una ciudad muy turística y colonizada por argentinos, creo que aún merece la pena su visita. Y tras este corto paseo me despedí de Uruguay, ya que delante de mis narices me esperaba la gran Buenos Aires, y no la quería hacer esperar.

Lo mejor de Montevideo:
Su tamaño. Se puede visitar todo el centro y los puntos de interés a pie.
Es una ciudad rodeada de mar, así que tiene un bonito paseo desde donde observar la puesta de sol y playas urbanas.
La tranquilidad y poca violencia que registra.
Las pastelerías y restaurantes.
La amabilidad y educación de sus ciudadanos.


Lo peor de Montevideo:
Es una ciudad bastante cara, sobre todo algunos productos básicos del supermercado.
La decadencia de algunos barrios / zonas.
El ruido de los autobuses y la polución de las calles principales.

Precios de Montevideo: (1€=26 Pesos uruguayos)
Bus urbano: 18 Pesos
Desayuno a base de dulces de pastelería: 20 Pesos
Hamburguesa y bebida en puesto callejero: 100 Pesos
Cena a base de empanadas en un restaurante: 200 Pesos
Menú de mediodía: 180 Pesos
1 yogur: 25 Pesos
1 Coca-cola de dos litros: 60 Pesos
Bus de Montevideo a Colonia: 220 Pesos
Ferry de Colonia a Buenos Aires: 550 Pesos

3 comentarios:

Sílvia dijo...

Com es nota que aquí, a Catalunya tothom està de pont! o d'aqüeducte!Però els que ens hem quedat a Barna a fer el vago, treballar, lluitar contra el consumisme ...(les botigues estaran obertes durant 12 dies seguits!!! i ta mare sense saber-ho), seguim llegint el teu blog i desitjant que segueixis aprenent tantes coses, veient tants llocs i explicant-nos-ho sempre que puguis.
Un petó ben fort per tots tres.
Sílvia

Àngels dijo...

M'ha agradat molt, això: "Ya se sabe, cuando Argentina estornuda, Uruguay agarra una pulmonía". Petonets.

Àngels

Romina dijo...

Grcias por la data, porque estaré pronto en Uruguay, y todo lo que nos recomendas y contas esta todo muy completito :)
Quería preguntarte cual de los restaurantes en Montevideo me recomendas como para celebrar el aniversaio numero 4 con mi marido? (que coindide con nuestra proxima estadía en la ciudad)