11 enero 2012

Por glaciares y senderos

Aunque los autobuses argentinos son cómodos, fue un placer recorrer el trayecto desde Ushuaia hasta el Calafate en el imponente 4x4 de Fernando, el brasileño que conocí en el hostal. Al ser año nuevo e ir en coche particular pudimos pasar muy rápido las dos fronteras con Chile y pararnos tantas veces como quisimos para tomar fotos; el paisaje bien lo merecía (mirar las fotos que tengo en el Picasa). Una vez instalados en un bueno hostal de El Calafate salimos a cenar, y Diego y yo invitamos a unas deliciosas pizzas a Fernando. Era lo mínimo que podíamos hacer después de que nos permitiera ahorrar cerca de cien euros en autobuses. El Calafate es otro pueblo sin mucho encanto, aunque la vía principal tiene vida a todas horas. Los turistas, mayoría en este lugar, abarrotan las terrazas, pasean, ojean recuerdos para llevarse a casa y compran ropa de montaña, como en Ushuaia. Aunque El Calafate es muy pequeño tiene aeropuerto, ya que a escasos ochenta kilómetros se encuentra su principal reclamo turístico: el Perito Moreno.

Un monstruo de hielo
Me gustaría poder emular al mítico presentado Pedro Piqueras para presentar el espectáculo de la naturaleza que es el Perito Moreno. “Sobrecogedor”; “impactante”; “desmesurado”; “imponente” o “majestuoso” serían algunos de los adjetivos pomposos que usaría para definir la primera imagen que uno tiene del glaciar más famoso del mundo. Palabras similares a las que también usé para referirme a las cataratas de Iguazú. La mañana que visitamos el Perito nos levantamos a las cinco, ya que nos había llegado el rumor de que si llegabas antes de las siete de la mañana al parque no te cobraban entrada. Lamentablemente encontramos un guarda custodiando el ingreso que nos hizo esperar hasta las siete y nos obligó a abonar los 100 Pesos (20 euros) de la entrada. Durante un par de horas estuvimos nosotros tres solos delante de esa imponente pared de hielo azul, una lengua petrificada que parece que se hubiera detenido a pocos metros del mirador para ser observada. El último tramo de carretera antes de divisar este fenómeno se hizo muy largo, y en el coche reinó el silencio hasta que vimos el glaciar al salir de una curva de derechas.

Paseamos anestesiados por las kilométricas pasarelas que hay instaladas en el parque y pudimos oír crujir la masa de hielo. Vimos caer bloques al agua y cómo se alejaban pacíficamente per la Laguna de los témpanos. El color del glaciar muta dependiendo de si le dan o no los rayos del sol, y va desde un blanco inmaculado a un azul turquesa o azul marino. Al llegar el cielo estaba encapotado, pero cuando finalmente el primer rayo de luz iluminó la mole tuve la sensación de que se hubiera aparecido la misma Virgen María.

Aparte del glaciar, y aprovechando que disponíamos de coche, fuimos a dar una vuelta hasta el cercano Lago Roca, otro regalo para la vista. Paseamos por las praderas que lo rodean y vimos cómo un gaucho montado a caballo trasladaba un buen rebaño de vacas y caballos. De telón de fondo, como siempre en esta zona, montañas escarpadas con los picos nevados. Me pareció estar en la Ponderosa...

Lo mejor de El Calafate
El Perito Moreno
Los paisajes de las montañas cercanas
Buena oferta de hostales y restaurantes
Muchas posibilidades de excursión

Lo peor de El Calafate
Los precios son elevados
Para ir a estancias o hacer rutas se precisa coche o contratar excursiones muy caras

Precios de El Calafate (1€=5,4 Pesos)
Entrada al Perito Moreno (para extranjeros): 100 Pesos
Una cena a base de pizza: 90 Pesos
Comprar para desayunar y cenar en un supermercado: 42 Pesos
Una noche con desayuno en el hostal Calafate: 60 Pesos


El Chaltén
Tras un par de días en El Calafate nos dirigimos al paraíso de los montañeros y escaladores en Argentina: El Chaltén. Este pequeño pueblo, fundado por aventureros europeos hace apenas 25 años, es la meca para los que quieren hacer excursiones o escalar paredes rocosas. Se encuentra en la falda del mítico Fitz Roy, y desde aquí se pueden hacer muchas salidas diferentes. Como ya es habitual en mí, tuve la genial idea de hacer dos excursiones en un solo día, lo que me reportó fantásticas vistas pero también unas agujetas que duraron un par de días. Para colmo, la uña del dedo gordo del pie derecho, negruzca desde hace medio año, me empezó a avisar que en breve se caerá. Con este panorama, tras visitar La laguna de los Tres y la Laguna de Torre, los días siguientes hice reposo y apenas paseé hasta los miradores más cercanos.

A El Chaltén hay que venir con un buen cojín de días, ya que es un muy buen campamento base para pasar unas semanitas en la alta montaña, y más si el cercano parque de Torres del Paine (Chile) está medio cerrado por un incendio, como me ha pasado. Cerca del pueblo hay espacios donde plantar la tienda y subir montañas escarpadas. Además, los más atrevidos también pueden pegarse un palizón y encaramarse a alguno de los glaciares que hay por la zona. Unos veinteañeros argentinos del hostal me explicaron su excursión, totalmente alocada, que consistió en cruzar un río helado en calzoncillos para poder llegar a un glaciar. Creo que no hace falta hacer tanto el cabra para disfrutar de estos paisajes, aunque tengo que admitir que me produjeron cierta envidia.

El Chaltén es muy bonito, pero todo en esta vida tiene un pero, sobre todo para mí, crítico de nacimiento. Es muy difícil hacer autoestop por la Ruta 40, la mítica carretera que sube hacia el norte, y los billetes de autobús son caros. Esta carretera, la Ruta 40, es preciosa si la haces en moto, como si estuvieras en el Dakar, pero no en autobús. Cuando me quise dar cuenta me había quedado atrapado sin posibilidad de salir. No me quedó más remedio que pagar 600 Pesos (más de 100 euros) y esperar tres días para poder coger un bus que me llevaría hasta Bariloche. Dos días de viaje y una noche dormida en un antro en la población de Perito Moreno fue el peaje a pagar para dejar atrás El Chaltén y plantarme en Bariloche, donde actualmente estoy. En breve comentaré (con fotos) cuánto son de bonitos los lagos de por aquí. Por cierto, uno de ellos se llama Gutiérrez.

Lo mejor de El Chaltén
Las vistas al monte Fitz Roy
Las múltiples excursiones que hay por las montañas colindantes
Es una zona ideal para hacer escalada
Es un pueblo pequeño donde acabas conociendo a todo el mundo, al menos de vista
El ambiente montañero que se respira

Lo peor de El Chaltén
Los precios del supermercado
Cuando hace mal tiempo no hay gran cosa a hacer
Al estar bastante incomunicado cuesta tiempo y dinero volver a la “civilización”
No hay apenas internet, y cuando encuentras va muy lento

Precios de El Chaltén (1€=5,4 Pesos)
Una noche en el hostal El Refugio (sin sábanas ni desayuno): 35 Pesos
Una cerveza de litro (devolviendo el envase): 12 Pesos
Una lata de Coca-Cola en el súper: 4 Pesos
Carne y vino para hacer un asado: 55 Pesos por cabeza
Un bocadillo de milanesa: 25 Pesos
Un bocadillo de pollo: 15 Pesos
Un café con loche: 14 Pesos


Audio:
Charly García, un emblema del rock argentino

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Em pensava que estaries com una sílfide, després de quatre mesos de viatge...

Gelines

Sílvia dijo...

QUINA ENVEJA!I QUIN CANVI EN EL VIATGE. Ja tenia ganes de saber de tu.Potser sí que et trobaràs amb els del París Dakar! Cap a on vas ara? No fa fred? On passaràs el teu cumple? Aprofita, que els 30 se't tiren a sobre!
Un petó ben fort de tots quatre.

Mama dijo...

Quina enveja!!! El perito moreno!!!diuen que és el més espectacular del món! És així? Las fotos són fantàstiques!
Disfruta molt!

Un suport molt gran des de Barna a Ràdio ciutat de Badalona i TV Badalona! Ànims a tots!

Daniel dijo...

Doncs els paisatges d'aquí són espectaculars. Pots estar 12 hores en un bus travessant deserts com els Monegros. I la zona on sóc ara, Bariloche, és preciosa, plena de llacs!

L'aniversari el vull passar a Santigago de Chile. I sí, em queda només un anyet per fer el cabra boja ;)

Petons!